Las estrellas se forman en nubes de polvo y gas que se contraen bajo el efecto de su propia gravedad. Con el tiempo, estas nubes se aplanan y empiezan a girar cada vez más rápido. La estrella que se forma en el centro termina siendo rodeada por un disco giratorio. (El polvo presente en el disco también puede aglomerarse y terminar formando planetas).
En algunos casos, el disco puede dividirse y dar nacimiento a dos discos (o incluso más en ocasiones) diferentes, cada uno con una estrella en el centro. Ambos discos terminan girando en el mismo plano, con los ejes giratorios de las estrellas alineados por lo general, porque no necesariamente tiene que ser así, como se ha podido observar recientemente en algunos casos. Eso es lo que suele observarse en las estrellas binarias cercanas.

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